Entrevista a Manuel Berja, CEO y Cofundador de Alfred Smart

Manuel Berja - Alfred Smart

Emprender en España nunca ha sido un camino sencillo: la burocracia, la falta de ayudas, la escasa financiación, y las innumerables trabas, sin olvidar las diferencias entre autonomías, te hacen cuestionar tus decisiones más de una mañana.  

Pero si difícil es empezar, más lo es mantenerse a flote durante 7 años seguidos. Afrontando situaciones tan caóticas como una pandemia o cambios políticos que parecen sacudirlo todo. Y si en medio de todo esto, te conviertes en padre de dos pequeños, te roban el corazón y también gran parte de tus horas de sueño.  

Y es que la vida parece no haber dado tregua a Manuel en estos últimos años. Pero él sigue adelante, con la misma energía y pasión. 

Manuel —o Manu, como le llamamos en Alfred— es, junto a Daniel Batlle, la persona que hace que dirigir esta empresa parezca fácil. Cuando hablamos con él, nos cuenta que lo que más disfrutaba en los primeros días de Alfred, cuando el equipo era pequeño, era la cercanía con cada miembro. Le encantaba conocer sus historias, saber de sus familias, sus pasatiempos, y hasta el nombre de sus mascotas. Hoy, con un equipo que supera las 60 personas, admite que es más difícil mantener esa conexión diaria. Aun así, sigue convencido de que las personas son el motor de todo lo que hace

Curiosamente, Manu no siempre pensó en crear su propia empresa. Desde joven tenía una trayectoria profesional marcada. Porque todo indicaba que dedicaría la totalidad de su tiempo a trabajar en la empresa familiar. Pero la vida, como suele hacer, le tenía preparada una sorpresa. Y aunque en esta introducción pueda parecer que el camino ha sido cuesta arriba, su historia es prueba de que cuando sigues lo que te apasiona, todo acaba alineándose para que aquello en lo que crees, funcione

¿Te animas a descubrir más sobre él? 

1. ¡Hola Manu! Cuéntanos: ¿qué te inspiró a fundar Alfred Smart y cómo surgió la idea inicial?  

Todo empezó porque quise convertir mi casa en una Smart Home, y sinceramente, no me convencía nada de lo que había en el mercado. Decidí hacerlo yo mismo con un fabricante que me pareció adecuado. El interiorista que contraté se sorprendió con lo que había logrado en mi casa. Le gustó y me preguntó si estaría dispuesto a hacer lo mismo para algunos de sus próximos clientes. 

Así fue como, en 2014, empecé a hacerlo como un hobby, gestionando pequeños proyectos. Hice la casa de mi hermano, luego una en Blanes, otra en Esplugues… Todos proyectos pequeños que me llegaban por medio del interiorista o de conocidos. Lo hacía sin mucha presión, porque en ese momento seguía siendo algo que disfrutaba sin verlo como un negocio

«Lo que comenzó como una búsqueda personal para mejorar mi hogar, terminó por convertirse en la base de lo que luego sería Alfred Smart.»

En 2015 y 2016 seguí en la misma línea, dedicándome a ello de manera relajada, sin estresarme demasiado. Y lo que comenzó como una búsqueda personal para mejorar mi hogar, terminó por convertirse en la base de lo que luego sería Alfred Smart: la idea de crear Smart Homes y soluciones de domótica accesibles para más personas. 

2. ¿Cómo os complementáis en el trabajo diario? ¿Qué crees que aporta cada uno a la empresa? 

Después de llevar un tiempo en este mundo, por casualidades de la vida, surgió una conversación con Dani. Él estaba buscando un cambio en su vida profesional, y yo me estaba dando cuenta de que realmente disfrutaba con lo que hacía. Le comenté que iba a ir a una feria en Alemania para investigar el mercado, y le dije que, si veía una oportunidad real, le avisaría. Fui a la feria, observé que había un hueco interesante y, al volver, le propuse la idea. A él también le entusiasmó, y así empezamos. Pasamos un año probando cosas, ajustando proyectos, y finalmente, en abril de 2017, fundamos la empresa. 

Manuel Berja y Daniel Batlle - Alfred Smart
Primera cena de Navidad de Alfred Smart: Manu a la izquierda y Dani a la derecha.

La razón principal fue que ambos vimos una oportunidad de mercado y queríamos movernos en esa dirección. Al principio, trabajábamos en proyectos de viviendas, implementando diferentes soluciones domóticas. Sin embargo, fue al año siguiente cuando nos dimos cuenta de que lo que ofrecía el mercado no cubría todas las necesidades. Ahí fue cuando decidimos empezar a desarrollar nuestro propio producto. En 2018, buscamos financiación para crear nuestro primer gran avance: el gateway, que sería nuestra primera solución de plataforma. 

Dani y yo encajamos el uno con el otro porque somos muy diferentes, y eso nos complementa. Dani es más técnico, tiene un enfoque más comercial y es muy social. Yo, en cambio, me ocupo más de la gestión, la teoría y la operación. Cada uno tiene su propio rol, lo que hace que todo encaje a la perfección. Creo que, si fuésemos demasiado parecidos, probablemente chocaríamos más. Es esa diferencia lo que nos hace un buen equipo. 

3. ¿Qué le dirías a alguien que acaba de unirse a Alfred? 

Le diría que acaba de sumarse a un proyecto muy chulo. Alfred es una empresa que innova cada día, ofreciendo soluciones diferentes y necesarias, especialmente en el ámbito de la sostenibilidad y la eficiencia energética. Es un reto continuo, pero muy gratificante. No hay muchas empresas en España que apuesten tan fuerte por el desarrollo de productos innovadores, y eso nos hace únicos. 

Además, somos una empresa en pleno crecimiento, y uno de nuestros grandes objetivos es que el equipo crezca y se desarrolle con nosotros. Nos enfocamos en la formación de nuestros empleados, apostando por jóvenes talentos que creen en el proyecto y estén dispuestos a evolucionar con nosotros. Aquí no solo aprendes, sino que también te formas y te rodeas de profesionales de los que puedes absorber muchísimo. Sin duda, es una gran oportunidad para crecer personal y profesionalmente.

4. En 2017 Alfred contaba con 4 personas trabajando. Ahora, 7 años después, son más de 58 personas. ¿Cómo manejas la presión y responsabilidad de ser el CEO de una empresa en crecimiento?  

La verdad es que no lo hago solo. A lo largo de estos años, muchas personas, algunas que siguen y otras que ya no están, han sido clave para que podamos crecer y profesionalizarnos. El trabajo en equipo es fundamental, y sin el apoyo de los responsables de cada área, nada de esto sería posible. 

Conforme hemos crecido, hemos incorporado a personas con gran conocimiento y profesionalidad, lo que nos ha permitido gestionar este crecimiento de manera más eficiente y con más control. Porque, aunque al principio, con 20 o 30 personas, aún puedes conocer a todos por nombre, saber de sus familias o estar al tanto de sus problemas. Pero cuando superas esa cifra, se vuelve mucho más difícil. Ya no puedes dedicar el mismo tiempo a conocer a cada uno en profundidad. 

La clave está en delegar y confiar. Hemos formado un equipo fuerte y confiamos plenamente en los responsables de cada área para que gestionen sus equipos de manera cercana y eficiente. Aunque ya no conozco a todo el mundo en detalle, Dani y yo sabemos que tenemos a personas capaces y comprometidas al frente de cada departamento. Esa es la forma en la que queremos seguir creciendo: con un equipo que se responsabilice y cuide de su gente, mientras todos avanzamos juntos.

5. ¿Qué consejo le darías a tu yo más joven al inicio de tu carrera empresarial? 

Esta pregunta es buena (risas). A lo largo del camino he cometido tantos errores que, si pudiera, pasaría por cada uno para evitar repetirlos. Como diciéndome: «Cuando ocurra esto, no hagas aquello», o «Cuando hagas esto, piénsalo dos veces». Pero la realidad es que son muchísimas cosas, y es imposible no equivocarse

Quizás lo que le diría a mi yo más joven es que tuviera más paciencia, aunque tampoco es solo cuestión de paciencia. Tal vez lo que más habría necesitado es pensar más antes de actuar, analizar mejor los pros y los contras. A veces tomas decisiones sin toda la información o creyendo que las cosas serán diferentes. Y otras veces, aunque lo tengas claro, el resultado no es como lo imaginabas.  

«[…] Cada error ha sido parte del aprendizaje, y aunque me gustaría haber hecho muchas cosas de otra manera, es parte del proceso.»

Si pudiera escribir un libro sobre todos los errores que he cometido, tendría miles de páginas, porque inevitablemente hay cosas que no sabes hasta que las enfrentas. Sin embargo, cada error ha sido parte del aprendizaje, y aunque me gustaría haber hecho muchas cosas de otra manera, es parte del proceso. 

¿Un consejo sencillo que sí me hubiese gustado aplicar a mi vida? Disfruta más del camino. Vive el momento y no te obsesiones tanto con los resultados. Aunque, claro, si me dijera «No montes Alfred», sería totalmente contradictorio, porque ha sido una de las experiencias más valiosas de mi vida. Así que, en resumen, sería: equivócate, aprende, y disfruta de cada paso

6. Un empresario como tú, ¿es capaz de desconectar del trabajo en algún momento? 

La verdad es que no, es casi imposible. Supongo que habrá personas que sí lo logren, pero en mi caso, es complicado. Las empresas, al igual que las personas, están vivas. Siempre hay algo que resolver, y por más que planifiques todo al detalle, las cosas rara vez salen exactamente como esperabas. Cuando haces un plan de negocios, aunque se vea perfecto en un Excel, la realidad es que las circunstancias cambian y, a menudo, terminas adaptándote sobre la marcha. 

Manuel Berja - Alfred Smart
Manu, dando a conocer Alfred Smart en Inmotecnia Rent, 2018. 

Mucha gente cree que las personas que emprenden y logran cierto éxito no tienen razones para preocuparse o quejarse. Pero lo que no siempre se ve es la cantidad de proyectos que no funcionan. En España, la mayoría de los emprendimientos fracasan, y esa es una realidad que pesa. Además, cuando tienes un equipo a tu cargo, con tantas personas y familias que dependen de ti, la responsabilidad se multiplica. Esa carga está siempre presente, y aunque intentas desconectar, es difícil lograrlo completamente

¿Se intenta desconectar? Claro que sí, pero es un desafío constante.

7. ¿Cómo manejas los momentos de difíciles y de estrés? ¿Utilizas alguna herramienta o técnica para superarlos? 

Cuando las cosas se complican, lo primero que hago es no reaccionar de manera impulsiva. No tomo la primera decisión que se me viene a la cabeza, porque sé que eso rara vez funciona. En esos momentos, prefiero darme un respiro, pensar con calma y analizar las opciones. Siempre trato de tener un plan A, un plan B y hasta un plan C. Así, cuando las cosas no salen como esperaba, sé que siempre hay otras alternativas. Si un plan falla, me centro en el siguiente, y si ninguno de ellos funciona, intento no agobiarme demasiado. 

«Excepto la muerte, todo lo demás tiene arreglo o, al menos, se puede gestionar de alguna manera.»

He aprendido que, si he hecho todo lo posible y no he encontrado la solución en ese momento, no tiene sentido seguir dándole vueltas. Si no he cometido ningún error y he puesto todo de mi parte, no me suelo frustrar. Al final, creo que pocas cosas son tan graves como para no poder resolverse. Excepto la muerte, todo lo demás tiene arreglo o, al menos, se puede gestionar de alguna manera. Puede ser frustrante y molesto, pero siempre se encuentra una solución, tarde o temprano. 

Lo fundamental para mí es no dejarme llevar por la desesperación. Siempre hay alternativas, y si las agoto todas, intento dejar de obsesionarme con el problema. A lo largo de los años, con tantos momentos difíciles, he aprendido que emprender en España es complicado. Por eso, lo que para alguien puede parecer un gran desafío, para mí ya es parte del día a día. Con el tiempo, aprendes a lidiar con estos momentos constantemente

Me encantaría que fuera más sencillo, pero la realidad es que el camino está lleno de obstáculos. Y en ese proceso, te vuelves más resiliente y aprendes a manejar el estrés de una forma más natural.

8. ¿Cuál ha sido el momento más gratificante de tu carrera hasta ahora? 

Gratificante… la verdad, espero que ese gran momento aún esté por llegar (risas). Hasta ahora, no he tenido esa sensación de «¡Wow! Este es el momento que lo cambia todo, el más gratificante de mi carrera». No te sabría decir que ha habido un hito que me haya hecho sentir completamente satisfecho. Sí ha habido pequeños momentos que han sido importantes, como cuando recibimos el primer CDTI. Ese sí fue un punto positivo, porque nos permitió crecer, ampliar el equipo de desarrollo y dar un salto que en ese momento necesitábamos. Fue un impulso clave. 

Pero, por ejemplo, cuando nos concedieron el segundo CDTI, aunque fue genial, no pude disfrutarlo igual porque estábamos en plena pandemia. Y claro, la situación no era la mejor, así que, aunque fue un logro, no tuve tiempo ni ánimo para celebrarlo como se merecía.

Siempre ha habido obstáculos, y eso hace que los momentos de satisfacción se sientan un poco difuminados. No es que no haya habido logros, es más bien que nunca han llegado en un contexto en el que realmente pudiera disfrutarlos

Supongo que es mi forma de verlo, pero hasta ahora no he sentido un gran momento de gratificación total. Quizás llegue más adelante, y ahí lo sabré.

9. ¿Dónde te ves a ti mismo y a Alfred Smart en los próximos diez años?  

Es una pregunta complicada (risas). La verdad, me cuesta imaginar dónde estaré el año que viene, ¡así que imaginarme en diez es aún más difícil! No tengo una respuesta clara ni a 10 ni a 5 años. Prefiero pensar a corto plazo, en los próximos 2 o 3 años. Lo que sí tengo claro es que mi objetivo es consolidar el proyecto

En este momento, lo más importante para mí es que Alfred Smart logre esa estabilidad que todos buscamos. Queremos consolidarnos en términos de producto, desarrollo y, por supuesto, clientes. Alcanzar esa estabilidad económica y estructural nos permitirá seguir creciendo sobre una base sólida, que es justo lo que estamos construyendo ahora.  

Así que me veo enfocado en cumplir con esos objetivos, en seguir empujando para que el proyecto se asiente y podamos mirar al futuro con la confianza de que tenemos una estructura firme. Ese es mi reto para los próximos años: asegurar que Alfred Smart no solo crezca, sino que lo haga de manera estable y sostenible. 


Con cada desafío, desde la incertidumbre inicial hasta las adversidades de un mundo que está en constante cambio, Manu nos demuestra que la pasión y la perseverancia pueden transformar los obstáculos en oportunidades. Su historia sirve de recordatorio de que, aunque el camino empresarial esté lleno de sorpresas, con un equipo fuerte, un enfoque resiliente y una visión clara, es posible convertir cada paso en una lección valiosa, siendo cada logro un trampolín hacia el futuro.  

Gracias, Manu, por compartir tu viaje y por inspirarnos a seguir adelante, a pesar de las dificultades.